Nací en Valencia (1988) y desde pequeña me ha fascinado la lectura. Empecé a escribir mis propios relatos a los 14 años, y a los 19 me lancé con mi primera novela de ciencia ficción. Aunque durante muchos años me dediqué a otras formas de expresión artística, nunca dejé de escribir. Tras convertirme en madre, sentí la necesidad de dar forma tangible a todas esas historias que llevaba tiempo imaginando.
Aunque me centro sobre todo en la fantasía con toques de ciencia ficción, también he explorado otros géneros como la literatura infantil, la prosa poética, el thriller o incluso la literatura erótica. Me gusta dejarme llevar por lo que cada historia necesita, sin limitarme a una sola etiqueta.
Siempre he sido una lectora muy curiosa. Mi primer gran referente fue Tolkien con El Señor de los Anillos, pero también me han influido mucho el cine, los videojuegos y el anime. Todo eso ha ido alimentando mi universo creativo, en el que intento mezclar lo fantástico con lo real, buscando que la aventura, los conflictos internos y los personajes complejos se entrelacen de forma natural.
Me encanta crear mundos donde lo mágico y lo cotidiano conviven, y donde las mujeres tienen un papel central: no como heroínas perfectas, sino como figuras con luces y sombras, con cicatrices, contradicciones y un trasfondo que las hace humanas.